¿Por
dónde empezar? ¿Será por su paisaje? ¿Su comida?, ¿o por su arquitectura clásica,
elegante y única? Quizás por su magia, la famosa “del sur”, que te envuelve
apenas miras cada rincón verde, cuando sientes el aroma de la madera quemándose
en cada estufa a leña o cada vez que observas
la inmensidad del lago terminar a los
pies del volcán.
Lo
cierto es que Puerto Varas se transformó en mi destino predilecto, esta ciudad
cautiva y enamora con sus árboles milenarios y sus aguas llenas de vida y
movimiento.
En
3 maratónicos días, me preocupé de comer y beber lo más posible: ostras de
Caulín, prietas, conejo, jabalí, salmón, caracoles de Tumulto, papitas
chancheras, cordero, ostiones, camarones, luche, salicornia, polenta, quesos de
Puerto Octay, miel de ulmo, pimienta de canelo, vinos de Chile, vinos de
Francia, vinos orgánicos, espumosos, licores y más…. Mucho más.
Un
paisaje mágico, lleno de historias protagonizadas por duendes, pumas, pudúes y
contadas por sus propios habitantes, quienes orgullosos de su entorno, cuidan y
respetan la naturaleza que los rodea.
No
quiero dejar de mencionar la calidez y simpatía de quienes compartieron conmigo
esta experiencia en la Región de los Lagos. Fui parte de un grupo activo,
apasionado y amante de la buena mesa. Guiados por Claudio Ubeda, chef ejecutivo
del Hotel Cumbres Patagónicas y Rodrigo Rojas, maître del mismo, disfrutamos de
cada sabor y copa de vino y doy fe de que “lo tomado y lo comido” no nos lo
quita nadie.
Antonia
Gana Del Solar
Editora
Platos&Copas
@antoniagana
Que bien por ti,se ve que la pasaste de maravillas,cuando se llega a un lugar nuevo hay que sacarle todo el provecho.Besos.Teresa J.
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