miércoles, 12 de junio de 2013

Una deliciosa tarta de queso

Por María José Valdés Vial
Llegué a Maryté, un distinguido salón de té donde se ofrece a diario una amplia variedad de infusiones y bocados para acompañar lo que uno pida para tomar. En ese mismísimo lugar—donde impera el estilo provenzal—vi la carta y me incliné por el cheescake de arándanos, preparación oriunda de Grecia que con el paso de los años muchos países, entre ellos Estados Unidos e Italia, lo adaptaron según los quesos que tenían en sus tierras.  

Luego de una breve espera, llegó el postre a mi mesa. Su elegante presentación me maravilló, al igual que su sabor. Y es que la crocancia de la base, sumada a la suavidad del queso crema y el dulzor natural de la fruta fresca dio origen a una combinación magnífica. ¡Este cheescake me encantó y regresaré por él en otra oportunidad!


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